A unos meses de vivir en Nueva York, llegó el momento de compartir mis primeras impresiones negativas. No se puede estar alabándola todo el día, ¿verdad? Acá van:
1. Muy cara; sobre todo para alquilar. Te cuento sobre el costo de vida acá.
2. Muy sucia; ya perdí la cuenta de cuantas ratas vi en la calle/subte 😂. Y la experiencia con ratones en un departamento en el que viví unos meses en la Universidad de Columbia es una historia para otro día.
3. Muy caótica; en la semana todo el mundo corre, a todos lados. En el subte, en la calle, en los negocios. Son impacientes. Tienen caras de preocupados, o de serios, o de estar pensando en lo que viene next. Y lo peor de esto: se te contagia rápido. Aún cuando estoy paseando subo las escaleras mecánicas escalándolas para ganar tiempo (?).
4. Si sos ansioso, te come el FOMO; ¿qué es eso? El fear of missing out (el miedo a estar perdiéndote de algo). Quedarse en casa un fin de semana tiene un costo de oportunidad alto: estar haciendo alguna actividad divertida en algún barrio. Y aplica a todo: la gente acá vive a mil y viven corriendo de emprendimiento a emprendimiento, al gym, al happy hour, al hobby, etc. Si parás un minuto, te perdés algo.
5. Todo en general se siente cómo una carrera de obstáculos, y hay que estar atento todo el tiempo. Vivir en la ciudad tiene sus cosas buenas (por supuesto 💛) pero uno sabe que existe un trade off: lo que se gana en experiencias, se pierde en comodidad.
Por ejemplo, tener auto es un lujo y prácticamente solo se usa el fin de semana (el transporte público es muchísimo más rápido en horas pico); ir al supermercado puede ser una hazaña si vivís en un departamento típico de Manhattan sin ascensor; lavar la ropa suele costarte toda una tarde e implica caminar con las bolsas de ropa sucia hasta el laundromat más cercano y sentarte a esperar (eso si no tenés la suerte de tener lavarropas en casa); etc.
6. El clima; puede llover, salir el sol, levantarse viento, todo en un mismo día, sobre todo en invierno. Hay que estar muy atentos al pronóstico (que casi siempre le pega) e ir preparados.
Sin dudas Nueva York es TOO MUCH, pero la AMO. Solamente salir a la calle me pone automáticamente de buen humor. Espero no perder nunca eso.
¿Has avanzado lo suficiente en tu relación con la ciudad, como para empezar a ver sus defectos? Contame!
xx,
A
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