Una de las preguntas más frecuentes que recibo durante la época navideña es por qué se utilizan árboles naturales para decorar la ciudad, los negocios y las residencias particulares. El famoso árbol del Rockefeller es un ejemplo de ello. Como muchos de nosotros no estamos familiarizados con esta tradición, en este post resumo los argumentos de un lado y del otro del debate árboles naturales vs árboles artificiales. ¡Sí, yo también necesito repasarlos cada año!
¿Qué opción es más ecológica y sustentable? ¿Talar árboles con fines decorativos es sinónimo de deforestación? ¿Qué alternativa es más económica para el consumidor?
Disclosure: No soy experta en el tema, tampoco profesional en el área. Fuentes consultadas listadas al final del artículo.
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Dónde y cuándo nació esta tradición
A los cristianos de la Alemania del siglo XVI se le atribuye el inicio de esta tradición de decorar la casa con un árbol de Navidad, por entonces construidos con madera y cubiertos de ramas naturales. Según History.com, se cree que Martín Lutero, el reformador protestante del siglo XVI, fue el primero en agregar velas encendidas a un árbol.
Pero esta práctica de decorar los hogares con ramas verdes durante los meses fríos se remonta mucho más atrás. En la Antigüedad se creía que el sol era un dios y que el invierno llegaba cuando este dios se enfermaba y debilitaba. Los árboles perennes eran utilizados por distintas culturas para recordar que, según la experiencia, pronto el sol se recuperaría, haciendo crecer las cosechas y las plantas nuevamente.
En Estados Unidos la costumbre del árbol navideño se adoptó siglos más tarde que en ciertos países de Europa. Para los puritanos de Nueva Inglaterra la Navidad era sagrada, y estas prácticas eran consideradas paganas. Esa solemnidad continuó hasta el siglo XIX, cuando la afluencia de inmigrantes alemanes e irlandeses fue socavando estas creencias.
En 1846, los miembros de la realeza inglesa aparecieron en el Illustrated London News de pie al lado de un árbol de Navidad, popularizando esta práctica no sólo en Reino Unido, sino también en Estados Unidos. Los árboles navideños se fueron haciendo cada vez más populares, y la electricidad a principios del siglo XX permitió agregar luces. Para entonces, los árboles de Navidad comenzaron a aparecer en las plazas de todo el país y tener un árbol de Navidad en el hogar se convirtió en una tradición estadounidense.
Árboles naturales vs árboles artificiales: el debate
Para analizar esto hay que tener en cuenta varios aspectos: industria, comercialización, transporte, reciclado y usos.
Impacto ecológico
Aunque para muchos que no están familiarizados con esta práctica cortar árboles para fines decorativos sea sinónimo de deforestación, esto no es así. Cultivar los abetos y pinos de Navidad es una actividad agrícola, silvícola y hortícola que se realiza en granjas privadas. Se siembra y cosecha igual que otros cultivos, y si la tierra no estuviera dedicada a esto, plantarían allí otra cosa. ¡No se talan bosques silvestres!
Según la National Christmas Tree Association, el 80% de los árboles naturales son plantados por agricultores en granjas dedicadas, ubicadas por todo EE.UU. y también en Canadá. La industria en Estados Unidos emplea cerca de 100.000 personas en más de 15.000 granjas, según el último censo de agricultura de USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU.).
En todo momento hay unos 350 millones de árboles plantados, y unos 25-30 millones se comercializan cada año.
El trabajo de sembrar árboles para cortarlos cuando llegan a determinada altura lleva años, entre 5-10 dependiendo del tamaño. Todo ese tiempo mientras crecen, los abetos o pinos naturales absorben el gas de efecto invernadero, ayudando a eliminar CO2 de la atmósfera. También durante esos años proporcionan un hábitat para una amplia variedad de vida silvestre. Y, aunque requieren mucha agua, demandan menos de este recurso que la industria de árboles artificiales, según National Geographic.
Por otra parte, está garantizado que estas granjas, tras cortarlos, inmediatamente plantan otro árbol en su lugar, única forma de mantener el negocio. De hecho, el precio de los árboles naturales subió en los últimos años, y eso se debe a que hay menor oferta producto de una menor siembra durante la recesión económica de 2008.
Estos árboles naturales son, por supuesto, 100% biodegradables, y al final de la temporada pueden reciclarse y convertirse en madera o abono. Incluso algunas granjas venden los árboles en macetas conservando las raíces, para que puedan ser replantados en el jardín tras su uso.
En ciudades como Nueva York hay puntos de reciclado en varios parques públicos, e incluso los que se dejan en las veredas durante determinados días son recogidos para convertirlos en abono que protege a otros árboles de la ciudad de las heladas. A esta iniciativa se la conoce como Mulchfest.
El árbol del Rockefeller, ícono de la Navidad neoyorquina desde 1933, se recicla cada año desde 1971 para ser utilizado como madera para la construcción de viviendas para familias vulnerables, junto a Habitat for Humanity. Leé más sobre este árbol.
En tanto los árboles artificiales, el 85% son fabricados en China, según el Departamento de Comercio de EE.UU. En general están diseñados con productos a base de petróleo como PVC, espuma de poliuretano o acero, producción que requiere mucha energía y agua. Aunque se pueden reutilizar durante muchos años, probablemente no sean reciclables. Al mismo tiempo, hay que sumar la huella ambiental que implica el transporte desde Asia.
El factor más importante al momento de analizar el impacto de los árboles artificiales es su tiempo de uso. Un estudio de WAP Sustainability Consulting comisionado en 2018 por la American Christmas Tree Association (a favor de árboles artificiales) afirma que el impacto ambiental de los árboles no naturales es menor que el de un árbol real si el primero se reutiliza por cinco o más años. Según Carbon Trust, un árbol artificial utilizado de 7 a 20 veces según el peso y los diferentes materiales del árbol puede resultar mejor para el medioambiente que comprar un árbol nuevo cultivado comercialmente cada año. Por supuesto, cualquier análisis de este tipo dependerá de la extensión de los factores considerados.
Aún así, ambientalistas ponen el foco en que después de ese tiempo, el plástico y los químicos irán a parar a la basura de todos modos, por lo tanto la opción biodegradable y orgánica les resulta superadora.
Usos y costumbres: el contexto importa
La tradición de ir a una granja para elegir un árbol o visitar los negocios que los comercializan en las ciudades es parte de la Navidad norteamericana. El proceso de elegirlo, el hecho de que probablemente no luzca perfecto porque es natural, e incluso el perfume de un abeto o pino en la casa se suma a la experiencia de esta festividad, así como su decoración y la reunión familiar durante las fiestas.
Pero también hay que tener en cuenta otros factores como la practicidad: en Nueva York mucha gente vive en departamentos pequeños y se mudan con frecuencia, empujados por los altos precios de alquiler, lo que significa que no se suele contar con espacio para guardar árboles navideños fuera de temporada. Esto teniendo en cuenta también que en Estados Unidos se suele decorar con árboles grandes, entre 1 a 2 metros de altura.
En este sentido, las opciones son un árbol natural reciclable, o un árbol artificial que dure unos pocos años, hasta la próxima mudanza o cambio de gustos y preferencias (cada vez hay más oferta de árboles artificiales, y cada año lucen mejor).
Los árboles naturales requieren de ciertos cuidados, como por ejemplo ensucian más y deben ser regados diariamente. Aquellos que quieran tener armado el árbol desde noviembre, tienen que considerar que los árboles naturales una vez cortados duran entre 3-5 semanas, dependiendo del cuidado. Además de ser más personalizables, los árboles artificiales pueden ser más prácticos también a la hora de armarlos y decorarlos, ahorrando tiempo y esfuerzo cada año.
Según recomendación de YouMatter, en caso de optar por un árbol artificial es mejor buscar uno que esté hecho con la mayor cantidad posible de polietileno, lo que significa que tendrá menos PVC, un plástico altamente contaminante y no reciclable. Otra opción es comprar árboles de segunda mano, en tiendas locales o a través de internet en plataformas como EBay o Amazon.
otros aspectos prácticos a tener en cuenta
En algunos casos, elegir un árbol artificial es la mejor opción para algunos. Cuáles podrían ser esos casos.
- Es más económico si se reutiliza
El precio promedio por un árbol real ronda los 75 usd, mientras que el precio promedio de un árbol artificial es de 107 USD, según una encuesta de Nielsen/Harris realizada en nombre de la Asociación Nacional de Árboles de Navidad. Por supuesto esto varía muchísimo teniendo en cuenta el tamaño de los árboles y la calidad de los mismos, también del lugar geográfico desde donde se compren. De reutilizarse por mucho tiempo, la opción artificial será siempre más económica para el consumidor.
- Opciones hipoalergénicas disponibles
Aquellas personas que sufran de alergias a los árboles naturales o a ciertos productos químicos, tienen la opción de comprar árboles artificiales hipoalergénicos.
Elegí un árbol natural: mi experiencia
Tras haberlo analizado en profundidad, y luego de dos navidades acompañada de un pequeño arbolito artificial comprado en una farmacia en descuento, este 2021 decidí instalar por primera vez un árbol natural. Así llegué a Kevin’s Tree Lot, un pequeño negocio que se encarga de vender árboles navideños desde varias ubicaciones en New Jersey. Yo visité el de Jersey City.
Si bien no es una granja -llegar a una desde Jersey City/Ciudad de Nueva York, sin auto, y volver con un árbol no es tarea fácil ni económica-, la experiencia que proponen en Kevin’s es muy festiva.
Al llegar te recibe música navideña y elfos, muy alegres y dispuestos a ayudarte. Con paciencia te muestran las opciones hasta que encuentres tu árbol soñado.
Una vez que elegís uno, le cortan unos centímetros de la base para que absorba mejor el agua, y lo empaquetan cuidadosamente para que mantenga la forma y no se arruine durante el traslado.
En Kevin’s Tree Lot ofrecen delivery e instalación, dentro o fuera de tu casa (segunda opción es sin contacto). Si tenés vehículo, te ayudan a cargarlo.
Opté por la opción de delivery e instalación, y lo recibí a las 6pm en casa. El proceso fue rápido y súper eficiente. ¡A decorarlo!
Todo este proceso podés hacerlo cómodamente desde tu casa en forma virtual, y los elfos eligirán el mejor árbol. Ofrecen también un servicio de reciclado, y pasarán por tu árbol cuando termina la temporada.
Disclaimer: El árbol fue un regalo de Kevin’s Tree Lot. La opinión sobre su trabajo y la decisión de incluirlos en este artículo es 100% mía, y está basada en mi experiencia personal.
Contame qué pensás al respecto. ¿Cambió tu postura tras leer el artículo? ¿Qué opción preferís para tu casa y por qué?
Happy Holidays!
-A
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